Ayer recibí una llamada interesante. Una teleoperadora de telefónica llama casa para ofrecerme un regalo: seis meses de llamadas nacionales e internacionales gratis por ser un buen cliente que paga religiosamente todas sus facturas ¡No te jode! ¡Es que soy un tipo honrado que se deja robar honradamente oiga!
Claro, así visto, la cosa es un chollo y podré volver a hacer amistades en Nueva York o Chicago por la jeta. Y a mis amigos los malagueños les encantará saber que puedo charlar con ellos durante horas sin ponerme nervioso por la factura.
Pero... ¡Exacto, hay un pero! El caso es que yo, las llamadas nacionales e internacionales las hago a través de otra operadora, no de Telefónica. "Pero nosotros le cambiamos de operadora gratis, no se preocupe"
¿Y a los seis meses tengo que volver a cambiarme yo de operadora para volver con la que estaba o también me lo hacen ellos?
¡Pues vaya un regalo de mierda! ¡Si yo me gasto en llamadas nacionales lo que un ciego en novelas! Y para las metropolitanas tengo tarifa plana.
Hay quien pide que parece que da.
Bueno, tras un rato explicándole que a mí de gilipollas no me trate, y ella erre que erre con que si yo rechazaba el regalo, al final le resumí las cosas en cuatro palabras y creo que se me enfadó.
Claro que yo colgué primero.
Y puede que haya quien piense que rechazar esa oferta es de tontos, pero me jode el spam telefónico y que me vendan un cambio de operadora como si me hicieran un favor. Cuando quiera cambiar de operadora ya lo haré, que soy mayorcito.
jueves, 24 de enero de 2008
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