domingo, 6 de septiembre de 2009

Don Rosendo

Anoche le tocaba el turno a Rosendo, aunque a su edad (cincuenta y cinco tacos) deberíamos llamarle ya don Rosendo.

Tres Marías (guitarra, bajo y batería) para levantar los ánimos del auditorio. Lo hizo bien, en su línea, cañero y roquero hasta la médula. Él a lo suyo, que era cantar y tocar. Poca conversación y buen sonido. La gente entregada y pasándolo en grande. Hice bien en repasarme sus últimos discos porque, si no, no no me hubiera enterado de la misa la mitad.

Al final se despidió con Agradecido y nos regalo tres o cuatro bises para dejar al personal con buen sabor de boca. Un tío con tablas que cobra por tocar y cantar y es lo que hace, sin perder tiempo en charlas inútiles. Habla lo justo, lo demás ya viene en sus canciones.


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